Revista mensual con contenidos esotéricos que busca ser herramienta de difusión de las enseñanzas dadas a través de los siglos por los grandes maestros universales, cuyos mensajes pueden servir como faros para el caminante o el iniciado. Presenta algunos artículos escritos o seleccionados por su director M. Sc. Domingo R. Villarreal en Coro, Venezuela.

martes, noviembre 15, 2005

ARCANA DE LA SABIDURÍA EGIPCIA: ARCANO XVII



ARCANA DE LA SABIDURÍA EGIPCIA
Por M. Sc. Domingo R. Villarreal
ARCANO XVII
LA ESTRELLA, LA ESPERANZA O LA HIJA DEL CIELO Y DE LA TIERRA
El adepto traspasa un nuevo umbral. Esta vez, le corresponde incorporar sus pasos y su destino a la ley cósmica, dejando definitivamente atrás la rueda de la fortuna y del retorno mecánico. Ahora pasa a ser guiado por su propia estrella, es decir, pasa a reintegrarse con leyes superiores.
Esta Estrella o Diosa, que nos muestra el arcano decimoséptimo, es Hija del Cielo y de la Tierra, por tanto no le son desconocidos ni los misterios de arriba ni los que se esconden en su superficie. Ella conjuga y enlaza los poderes feroces y salvajes (ver el arcano 11), los sabe templar y combinar, como lo demuestra el arcano 14, además ha sufrido los rigores de la torre, después de enfrentar al guardián del umbral; y, por tanto, conoce los abismos pues ha bajado hasta el averno, como lo ha hecho Istar o Inana, y ha resurgido de allí nuevo, joven y en paz. Nutre, cura y rejuvenece con sus aguas frescas, en cósmico procesos, tanto al abismal lago como a la tierra seca; a esta última la moja, aflojándola para que sea fértil y deje pasar la semilla que necesita amasar. La dama que este arcano nos muestra ha sabido, pues, unir el cielo y la Tierra, la materia y el espíritu. Tiene en sus manos dos grandes cántaros o ánforas con especiales fluidos que le permiten suministrar los bálsamos necesarios para los procesos alquímicos correspondientes al nivel cósmico del adepto.
En este arcano, se observan presentes en el firmamento ocho estrellas. Cabe destacar que existe otra estrella acá abajo, me refiero a la estrella de forma humana, desnuda, arrodillada, vertiendo sus cántaros sobre el mundo terrestre y el acuático, sobre el consciente y el inconsciente, quien humilde y benévolamente hace fluir las aguas de la vida que alimentan y transmutan al adepto. Con su néctar y ambrosía le hace llevadero su destino, mientras que con la otra ánfora de Nepenther le da consuelo a su miseria y penalidades. Como una estrella terrestre y una creadora de cosmos, o cosmocreadora, ayuda a la humanidad del iniciado a lograr su más excelsa condición. Como Pandora o Anaisidora (creada a su vez por Hefaistos Prometeos), salida del lodo de la Tierra, ella ayuda al hombre que se está haciendo, es decir, al adepto a dar un gran salto en la creación de la gran obra. Es un momento en que los mundos se ínterpenetran. La mujer-estrella es un gran complemento y luz que el adepto recibe en su camino; Ella, como Isis sin los siete velos, muestra la verdad desnuda al adepto que ya tiene avistado un destino inmortal, ofreciéndole, al mismo tiempo, la esperanza y las convicciones propias como complemento de la fé, ya que la jornada del adepto adquiere nuevas dimensiones en una octava superior, y para proseguir por estas sendas necesita la guía, el consuelo y la alegría que esta diosa celeste le ofrece en su largo peregrinaje.
La dama que representa al adepto, sea éste mujer u hombre, está moviendo, aireando, en fin, procesando tanto las aguas terrestres (o abismales) como las divinales que le permiten, mediante su paciente decantar, descorrer las cortinas que ocultan los arcanos, al suspenderse en un estado de profunda y tranquila meditación, o aún mejor, en una conexión astral que le permite sumergirse en nuevas dimensiones y mundos que para él eran, rato atrás, desconocidos y ajenos. Se presenta como una dama desnuda, simbolizando el alma al descubierto, exaltada y serena, en perfecta armonía y en contacto rítmico con la sabiduría que viene de arriba y la que se conquista en la Tierra..
Al investigar sobre este arcano, se encuentra que es uno de lo que más eluden su develamiento porque reúne una complejidad de símbolos que atienden a muy diversas tradiciones y fuentes culturales, míticas, esotéricas y artístico - constructivas. Sin embargo, de las miles de representaciones que se conocen de este arcano, se puede señalar que en casi todas aparecen una o más estrellas y dentro de un universo representativo de los más destacados tarots, se encuentra una dama que definitivamente conjuga el poder y la energía celeste con las fuerzas sobre y subterráneas que ella y sólo ella sabe mover con perfección admirable. Son muchos los mitos y panteones que nos hablan de la diosa que renace fulgurante después de haber descendido a las profundidades más tenebrosas y que mantiene un doble linaje terrestre y astral. Así se tiene que en la muy antigua Babilonia se veneraba como la más elevada diosa a Ishtar quien saca a su esposo Tammuz del inframundo. En Egipto, es, en primer lugar, Isis quien se encarga de restituir el cuerpo de Osiris, su consorte, y de gestar al gran dios Horus, convertido en el gran guía de la humanidad. En segundo lugar, se debe señalar a la bella dama del mundo subterráneo o duat, Hator, la diosa del amor, quien representa la vaca sagrada, como expresión de la madre nutricia, dadora del alimento o energía pránica invisible, plena de abundancia, alegría y riqueza para sus hijos quien, al mismo tiempo, es oferente de guirnaldas, gozos, sensualidad y placer. Por su parte, en Grecia, Rhea es considerada madre de los dioses, Metros Theon, Magna Mater o Madre Suprema, fue esposa de Cronos, Reina de los dioses titanes y madre del primer y más grande dios del Olimpo, Zeus. Esta diosa helénica, Señora de las energías fluidas, Rhea, comparte estas funciones con la diosa Afrodita, quien reunía las fuerzas fecundantes, mantenedoras, sensuales y protectoras, asociadas con el eterno femenino en los panteones nombrados. De igual manera, los romanos tenían a Ops u Opis como la gran diosa madre, esposa de Saturno, dadora de prosperidad, magnificencia, riquezas y bienestar Su nombre está relacionado con la palabra latina Opus que significa Obra (recuérdese la Magna Obra a que está avocado todo iniciado) y la palabra sánscrita apnas que significa bienes. En el caso de los cristianos gnósticos, estas funciones las reúne fielmente la Divina Sophia, así venerada, desde tiempos anteriores al gran Maestro Basilio Valentín (s. II). Pistis Sophia, como símbolo del alma humana, es rescatada de las regiones inferiores a la que la tenían sometida los Arcontes o regidores de la Ley para alcanzar las moradas más excelsas junto al Divino Jesús. Entonces, en atención a lo que expresan las ideas arquetípicas de las divinidades anteriormente señaladas, diremos que el arcano decimoséptimo refiere a la estrella humana rescatada del averno, llena de esperanza por el destino celeste que ha venido conquistando por voluntad propia y especialmente por la ayuda superior..
La estrella está allí, dispuesta a cumplir su glorioso propósito de guiar al adepto, de señalarle su trayectoria celeste y de nutrir y satisfacer todas sus necesidades. El momento es oportuno, lleno de esperanza y consolación, pues este infatigable caminante viene de los inframundos y como Dante, en semejante peregrinar, lo primero que ve es la estrella que marca un feliz cambio de rumbo. Esta estrella, diosa o virgen está allí para mostrarle, al adepto, que él necesita despojarse de todo lo que aún le queda; asimismo, de ponerse en sintonía, con humildad y serenidad, con las distintas esferas, espacios y energías.
Siempre cabe preguntarse sobre el por qué de dos aguas en dos jarras, así como la razón de verterlas en lugares distintos, el lago y la tierra. Mucho del significado de este arcano yace precisamente en estos hechos. Las respuestas siempre llevarán el signo de ensayos o aproximaciones y precisamente sobre esta premisa lo intentaremos en toda ocasión. Uno de los jarros, asido por la mano derecha de la mujer, contiene substancias o fluidos celestes, propios del espíritu, venidos y marcados por las estrellas. El otro néctar, que parece gestarse propiamente en la joven dama, reúne la otra mitad necesaria para el hombre, del agua que, renovándose en el eterno femenino, se mantiene fresca, con la energía de los elementos terrestres, con su belleza y sensualidad que calma la sed del caminante. Definitivamente, uno es signado por la Tierra, y sus cuatro elementos; el otro, alimentado por los influjos mágicos de las estrellas. Son las dos mitades que necesitan reunirse para hacer al verdadero hombre. Así reúne la ayuda de los astros que complementan su obra hecha a fuerza de voluntad y bajo su libre albedrío, pudiéndose salir incluso del curso o trayecto que su Primer Creador le había señalado. En otro orden de ideas, al tratar de responder a la segunda interrogante, se tiene que el lago, presente en las ilustraciones, se refiere al acuífero que viniendo del abismo aún clama, en su vacuidad, por las aguas de la divina fuente. Por su parte, la tierra que recibe el agua refrescante, como verdadero néctar de vida en el desierto, vertida por la consoladora joven, es el lugar, cruz o cuerpo donde florece la Rosa que aligera y renueva al peregrino en su hercúlea jornada.
Palabra(s) síntesis: Eterno Femenino
Arquetipos: Aguas para calmar la sed. Fuentes nutricias. Estrella-madre-amante–guía. Camino celeste.
Otras Ideas Asociadas: Esperanza, fe, inspiración. Conocimiento de las leyes naturales; integración profunda con los mandatos naturales y divinos. Renovación total. Meditación.
Significado esotérico: El adepto recibe una determinante y clara ayuda espiritual; manifestada en permanentes intuiciones, sueños, revelaciones, meditaciones y otras formas de comunicaciones con su maestro interno, además de recibir las enseñanzas provenientes de sus más elevados guías.
De tomar en consideración: Cada cosa debe estar en su justo lugar; por tanto, el estudiante de la sabiduría hermética no debe confundirse con falsas estrellas o guías, ni con desviadas enseñanzas pues siempre tendrá una estrella mayor y siete acompañantes menores que le alumbrarán su camino, manteniéndolo firme, alejado de toda duda, confusión o desazón. Confíe y utilice siempre las vías de desarrollo interior para tratar de alcanzar la autognosis: concentración, meditación, intuición, inspiración, contemplación, vocalización, asanas y runas, análisis de sueños, viajes astrales y otras.
Lectura o predicción: Este arcano augura tiempos de trascendentes cambios marcadamente positivos y de brillantes oportunidades. Es signo de coraje, esperanza, creatividad, genialidad e inspiración para cualquier empresa. Comunica oculta protección, precogniciones y acertada intuición. Expresa el poder y la fuerza de la fe iluminadora.
Axioma trascendente: "Unos hombres piden señales para creer, y otros piden sabiduría para obrar; mas el corazón esperanzado lo tiene todo en su esperanza "
Letra Hebrea correspondiente: Letra Phe
Diosa Egipcia: Hator

ARCANA DE LA SABIDURÍA EGIPCIA



ARCANA DE LA SABIDURÍA EGIPCIA
Por M. Sc. Domingo R. Villarreal
ARCANO XVI
LA TORRE FULMINADA,
LA MANSIÓN DEL DIABLO
LA FRAGILIDAD

Aprisionado en un conjunto de doctrinas, creencias y dogmas que grandemente conformaban un mundo de estabilidad y seguridad, el adepto ve destruida toda esa torre blindada que se había construido a su alrededor, siempre contando con su participación. Después de examinar su vida, recibe el impacto del rayo que deja destruido, de manera repentina para él, todo un edificio de conceptos lógicamente estructurados sobre religión, filosofía, cosmovisión, aprendizajes e informaciones. Se desmorona violentamente la estructura que sólidamente lo había albergado durante toda su vida. Durante un muy prolongado trecho se fue construyendo la torre, era una necesidad para el neófito pues le permitió realizar muchas tareas formativas y faenas gloriosas bajo sus paredes y techos protectores, de la misma forma que un embrión de pollo requiere la cáscara y el líquido que lo ha de alimentar durante un período importante y crítico de su vida. Luego el polluelo ha de romper ese cascarón y salir a la luz ya que su vida no se puede detener allí. El efecto desestabilizador del rayo, mostrado en la ilustración del arcano decimosexto, al caer destruye sin piedad, siendo demolida principalmente la cabeza (depositaria de ideas y conceptos externos y subsidiarios) de tan elevada construcción, aunque, al mismo tiempo, produce un repentino alumbramiento que resplandece por su fuerza y claridad. Ya aquella persona no va a contar con la vieja torre, sus defensas y doctrinas; ha asumido una perspectiva radicalmente distinta en su manera de pensar, de sentir y de actuar. Ha sido precipitado a tierra desde lo alto y debe reiniciar su camino pisando y contactando realidades más cercanas, ya sin viejos cobijos, velos, ventanas y patrones conceptuales que a la vez que lo protegían también lo aprisionaban y aislaban del mundo real.
Esa torre, pirámide, monasterio, colegio o mansión ya no existe más en su vida, quedando definitivamente atrás su período exclusivamente formativo. Sin embargo, él debe proseguir su permanente búsqueda y combate. En este nuevo trayecto ha sido impactado y alumbrado. Por tanto, ese destello de luz debe ser justamente apropiado dentro de su mundo interior y utilizado para guiarse en sus próximos pasos, en espera de una luz más permanente (la estrella del arcano decimoséptimo). Un nuevo desafío lo espera y el adepto, ya consciente de sus acciones, con profundas convicciones propias, debe decidirse definitivamente a una lucha sin cuartel contra las tinieblas que antes le confortaban sus idílicos sueños, y, a la vez, contra las tradicionales enseñanzas que mecían y velaban su estancia de hombre medianamente educado en el acogedor y solaz ambiente de la torre. Por fuerza y mandato superior ha tenido que renunciar a su confortable mansión material y ha de partir como caballero tenaz y combatiente, decidido a todo. Definitivamente ha sido empujado por fuerzas externas a él, llegando al punto de rompimiento total con su pasado que aprisionaba mental y materialmente su ser. Había anteriormente realizado la muerte mística (arcano 13), templado al fuego (arcano 14) luego confrontado al diablo (arcano 15) y, ahora, precipitado o vomitado por la Mansión de Yaldabaoth o el Diablo. El arcano decimosexto muestra que se han roto muchos velos que aún permanecían inalterables en su acorazado hogar y que sólo a través de sus tres ventanales mostraban distantes y casi ocultas verdades. Ha recibido altas bujías de iluminación aunque en forma de rayo veloz. El trueno, que en el Libro de los Cambios (I Ching) es considerado imagen de combate y liberación, marca un tránsito que le permite buscar en su corazón las acciones que siguen el mandato de su Padre Celestial. Ojalá lo encuentre dispuesto y preparado para asimilar esta ayuda que le envían sus maestros y la Divina Sophia. La iluminación y liberación que recibe, luego de ser expulsado de la Mansión del Diablo, lo lleva bruscamente a confrontar lo real y verdadero (el tao o camino del medio).
Al hurgar en otros de sus significados, se puede señalar que este arcano refiere a la defenestración total del orgullo y la arrogancia en el adepto. Asimismo, signa la iluminación de éste al recibir la humildad y la fe como su emblema, después de haber comprendido la indigencia, miseria y fragilidad que existe en un mundo marcadamente material o en el intelectualismo diletante, así como en el acto mecánico y rutinario o en el de ennegrecido pesimismo. La ciencia es, para el iniciado, recurso y herramienta de investigación y aprendizaje de lo relativo y temporal, pero no la erige en religión de dogmas o templo del supremo conocimiento pues conoce de sus imperfecciones y limitaciones y tiene presente, entre otros, el Teorema de la Indeterminancia de Heisenberg. Es adepto de lo trascendente, del sacrificio, de la alegría y de la vida. Sencillo y sin pretensiones, el adepto acepta y libra la eterna lucha evolutiva y mantiene tenazmente la bandera de su búsqueda espiritual pues en su corazón están inscritos con letras de fuego las palabras del Maestro de Maestros, aquel que desde Sirio le guía: “No ceséis en vuestra búsqueda día y noche, y no mengüéis hasta que halláis encontrado los misterios del Reino de la Luz, los cuales os purificarán y os convertirán en luz purificada y os conducirán al Reino de la Luz." Indiscutiblemente, el rayo nos muestra la luz del espíritu y vemos que la torre o coraza material ya no nos pertenece aun cuando hemos habitado con gusto en ella, y aun habiéndola ayudado a construir durante largo tiempo. El punto matemático de la renunciación al claustro de la materialidad y la soberbia está señalado en este arcano. No se va a aislar del mundo y de sus experiencias, al contrario ahora está más inmerso en vivir bien su vida pues como adepto es mayor su entrega al trabajo de experimentación, investigación y búsqueda esotérica mediante el contacto estrecho con todas las dimensiones y arcanos que la vida le ofrece develar siempre que la sepa escrutar.
Habrá quien señale que al analizar este arcano debe considerarse una interpretación más literal, en el sentido que también puede significar pérdidas, crisis o ruinas en las dimensiones espacio-temporales del iniciado; este punto de vista lo aceptamos pero siempre que se considere que tales desastres materiales vienen asociados, diseñados y ejecutados, en el caso en cuestión, por designios superiores con el propósito de lograr madurar determinantemente en el iniciado un cambio de total compromiso con la obra de su Padre que está en secreto. Encontramos una parecida interpretación del arcano decimosexto en La Cábala de Predicción de Iglesias Janeiro quien expresa una idea de insospechada profundidad: “Representa el principio de lo inescrutable, de lo temporal, de lo perecedero como causa determinante de la evolución de los seres y cosas” (p.318). Lo sorprendente de esta afirmación es que da cuenta que no hay separación total entre lo natural y lo sobrenatural, entre la Tierra y las esferas superiores, entre la materia y el progreso espiritual pues como dice la tabla Esmeraldina todas son admirables adaptaciones de la cosa única. En este sentido, en la gran obra alquímica de Andreae, Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz, se incluye un diálogo esclarecedor, en el cual el mundo terrestre es analogado con la imagen de La Torre:
- “¡Ay!, cómo compadezco a los pobres hombres de la Torre; ojalá que Dios me permita liberarlos a todos” - . El hijo respondió: - “Madre, Dios lo ha ordenado así y no debemos desobedecerle. Si todos fuéramos señores y poseyéramos los bienes de la Tierra, ¿quién nos serviría cuando estuviéramos en la mesa?”-. Su madre no respondió.

Quizá una clave para el Gran Arcano está en considerar que todas las moradas, esferas o mundos de alguna forma se interpenetran, se comunican y se ayudan y que lo que muchas veces desconocemos es el punto de encuentro alquímico entre las distintas adaptaciones de la cosa única. En otro orden de ideas, cabe dejar constancia de una opinión que compartimos de Ouspensky, quien señala que la torre verdadera debe ser construida en nuestro templo interior, donde jamás será derribada por ningún rayo y puede unir la tierra con las alturas para así recibir los misterios mayores.
Palabra(s) síntesis: Shock iluminador
Arquetipos: Iluminación. Despertar. Liberación. Atanor. Purgatorio. Cambio inesperado. Combate y lucha espiritual. Destrucción (de lo viejo, de las cosas, esquemas o corazas materiales o del status quo). Descenso del espíritu en la materia.
Otras Ideas Asociadas: Ruina en la casa temporal. Predestinado progreso espiritual asociado a problemas temporales. La aflicción como vía para despertar. Nueva condición o status. Golpe mortal a proyectos, construcciones y situaciones sustentadas en falsas ideas de separación, egoísmo, orgullo y mezquindad. Revolución interior.
Significado esotérico: Revelación del Ser. Liberación o expansión de la conciencia. Suprema decisión, renunciación y compromiso total con la Gran Obra. Liberación de las cadenas de naturaleza material para el progreso iniciático. Golpe.
De tomar en consideración: Si se estuviere considerando el análisis predictivo de ciertas acciones de orden esotérico, y resultare de la tirada del tarot la presencia del arcano decimosexto, acompañado de otras cartas de alta connotación negativa, entonces, se puede presagiar orgullo místico o mitomanía en el emprendimiento de dichos proyectos o actuaciones que, aún cuando sean consideradas por su autor como de alta elevación espiritual o esotérica, están condenadas al fracaso por la soberbia implícita.
Lectura o predicción: Esta carta debe considerarse como la más negativa en asuntos exotéricos. En este sentido, puede anunciar ruina, destrucción, desintegración, hundimiento, fracaso, de proyectos, propiedades, relaciones, trabajos, fortunas e ideas. Asimismo, refiere a castigos y reveses al orgullo, a las ambiciones y a la mezquindad. Presagia accidentes, catástrofes, calamidades y desastres de orden material. Fuerza que replantea su vida.
Axioma trascendente: " Luz de amanecer, luz de mediodía, luz de atardecer: lo que importa es que sea luz "
Letra Hebrea correspondiente: Letra Ain
Dios Egipcio: Imhotep.