Revista mensual con contenidos esotéricos que busca ser herramienta de difusión de las enseñanzas dadas a través de los siglos por los grandes maestros universales, cuyos mensajes pueden servir como faros para el caminante o el iniciado. Presenta algunos artículos escritos o seleccionados por su director M. Sc. Domingo R. Villarreal en Coro, Venezuela.

miércoles, diciembre 07, 2005

ARCANA DE LA SABIDURÍA EGIPCIA: EL ANOCHECER por Domingo R. Villarreal






EL ANOCHECER, LA LUNA, EL CREPÚSCULO, LA RESISTENCIA
Al querer asignarle un nombre que identifique mejor el significado de este arcano, se ha de tener en consideración, entre otras, una frase larga tal como “EL VIAJE NOCTURNO DE OSIRIS”, que tiene relación con el recorrido que hace Osiris según la descripción dada en el texto egipcio o Libro del Amduat, también llamado Libro de la Cámara Secreta. Sabido es que todos tenemos un viaje diurno y uno nocturno y que es totalmente diferente uno del otro. El adepto, por muy avanzado que ande en su camino, no ha dejado atrás la dualidad que se manifiesta en todo: la
noche y el día, las energías femeninas o magnéticas y masculinas o eléctricas, la creación del mercurio y del azufre. La larga evolución que ha sufrido durante milenios como criatura terrestre ha estado signada tanto por la influencia lunar como por la solar. Por tanto ahora en el anochecer cuando su camino está más cerca de la luna, siente en grado mayor sus poderosos influjos oscuros, ya no para formarlo o nutrirlo con su leche sino para absorberlo, encadenarlo a su esfera como al cangrejo, o, de otra manera, oponerle resistencias y darle la consistencia necesaria para la siguiente jornada.
El pasaje por la esfera lunar que le corresponde atravesar al iniciado está lleno de vacíos, animalescas reacciones, pantanos, peligros, oportunidades e indirectas, tenues y reflejas luces (confusas o engañosas, en ocasiones) que hacen surgir en él deseos que siguen demandando aún ser satisfechos y lo halan fuertemente hacia un pasado apenas ligera y parcialmente trascendido. Está pisando precisamente el tortuoso tramo que la Luna regenta, de ahí que su alma sienta la pesada carga de sus instintos, intuiciones, claroscuros, sentimientos nublados y desconocidos.
Ha de encontrar en su camino el poder embriagador del magnetismo, los alucinantes logros de piruetas mágicas; los encantamientos y hechizos de seres elementales que le ayudan pero que le pueden traicionar más adelante; las nuevas fuerzas y poderes ocultos que muchas veces se desencadenan incontrolables; así como también importantes fracasos, dudas, retrocesos, desilusiones, temores y traiciones. Asimismo, puede penetrar las claves, los misterios y enseñanzas de los sueños, meditaciones y visiones; como también develar arcanos insondables y asistir a las enseñanzas de grandes gurús. El paso por este sendero crepuscular da para eventos positivos o negativos, de igual manera; todo depende de saber deshilar muy finamente para desentrañar y discriminar la hierba buena de la cizaña. En el claroscuro de la noche existe una tendencia a confundir la joya por sus imitaciones, y las aparentes seguridades, certidumbres o autenticidades por los fraudes o engaños inteligentemente estructurados.
Las resistencias o limitantes que el hombre enfrenta en su camino se hacen presentes en cualquier momento, nivel o plano y aún en los más elevados o espirituales. Cada obstáculo o resistencia en su camino tiene un significado que él debe oportunamente descifrar. El caminante en los múltiples anocheceres por los que ha de pasar debe hacer evaluaciones de sus errores, tropiezos, falencias y fracasos y debe estar muy en cuenta de las barreras, pruebas, peligros y enemigos que ha de encontrar, adelantándose previsivamente ante ellos para saberlos develar y trascender de manera inteligente y efectiva. Su actitud debe ser proactiva y lo más despierta posible para saber auscultar las circunstancias y condiciones que le tienden a probar, engañar, a robar sus energías y a falsear su camino. Su paso debe ser seguro sin dejarse llevar por engañosas ilusiones o falsas luces, palabras lisonjeras, enseñanzas infundadas, calentamientos febriles o emociones desequilibradas. En el camino iniciático existen muchos pretendidos maestros de afanada charlatanería que manipulan y comercian con la credulidad e ignorancia de quienes, afanados por aprender, aceptan cualquier credo esotérico. Sostiene Sadhu (1978) que ·”el complejo total de los peligros por siempre quedan ocultos para el lego” (P. 445). No son sólo enemigos o peligros externos a los que se ha de enfrentar; también ha de considerar el autoengaño, las falsas intuiciones, la pereza mental, la autoindulgencia, la falta de rigor y profundidad en el análisis.
El estudiante de la vía esotérica ha de reconocer a sus oponentes naturales y a sus enemigos visibles u ocultos pues tanto al lobo amenazante como al perro pretendidamente fiel los encontrará en su sendero ladrándole al resplandor de la Luna que los tiene encadenados a la jerarquía y majestad de su egregor.
Igualmente, al iniciado le cabe emprender una tarea más profunda y difícil pues ha de saber hurgar en las aguas subterráneas, matriciales y caóticas del inconsciente, en sus orígenes primitivos y oscuros todas sus inconsistencias, las pérdidas de las energías creadoras, sus temores, pruebas no superadas, falsas creencias, egos más ocultos e instintos mal conducidos. Por estas tareas aparentemente insuperables que el adepto debe cumplir en esta ocasión, es preciso traer a colación los trabajos de Hércules en su esfuerzo por matar el monstruo de siete cabezas del pantano o lago de Lerna. Esta gigantesca Hidra era hija de Tifón y podía regenerar y multiplicar cada una de las cabezas cortadas hasta que Hércules con la ayuda de su sobrino Iolao y bajo la inspiración de Atenea pudo quemar sus cuellos con una tea ardiente. De igual manera, el adepto necesita recurrir a su coraje, a sus mejores armas, ayudas, y fundamentalmente a la serpeante espada flamígera o vara de Aarón para lograr mediante los procesos alquímicos necesarios una progresiva integración interiormente equilibrada de los distintos factores encontrados en su naturaleza y así atravesar triunfante este riesgoso sendero durante la larga noche oscura del alma adolorida que nos muestra el arcano décimo octavo.
La Luna se muestra bajo enigmáticos matices quizás mayores que sus progresivas caras: por eso no se puede menos que recurrir y atender cuidadosamente las enseñanzas que nos dejan los mitos referidos a sus diversas cualidades cuando la asocian con las Diosas: Hécate, Artemisa y Selene. A esta última divinidad se le asigna la Luna Llena, viajando en un carruaje blanco tirado por caballos alados con su corona de reina de los cielos, de la que emana la luz plateada o esplendorosa que le da el nombre de Selene. Este atributo, que marca su alegoría al principio femenino, como gran y virginal madre, correspondiente al elemento mercurio, la contrapone al Sol en su condición de rey de los cielos y símbolo del principio masculino o del elemento creador azufre. Por otra parte, en el Cuarto Creciente se presenta la diosa Artemisa, hermana gemela del dios olímpico Apolo, conocida por los romanos como Diana; manifestando sus ualidades de virgen de la fertilidad y de la naturaleza y de protectora de las mujeres embarazadas. Por último, Hécate viene a completar el trío de divinidades de la Luna, presidiendo sobre el Cuarto Menguante y Luna Nueva u Oscura; ella, como diosa de la noche y de las encrucijadas, reina sobre el abismo subterráneo y es considerada protectora de la magia y activadora de las potencias ocultas y de la sensibilidad intuitiva presentes en el eterno femenino. La Luna presenta profundos y renovados significados al estudiante que busca seria y persistentemente penetrar en sus facetas; está ubicada al lado del Sol, de quien se polariza y precede en la secuencia de los arcanos astrales. Asimismo, ella ofrece, magnetiza y dirige las potencialidades, fuerzas y herramientas sexuales ocultas que deben manejarse alquímicamente si se quiere proseguir el ascenso hacia los correspondientes planos concientivos superiores.
Se observa que durante varios siglos ha existido una gran convergencia en la iconología utilizada por los diversos tarots para representar simbólicamente el significado del arcano décimo octavo al darle coincidentemente una destacada figuración a la Luna y en menor grado a los tres animales que tradicionalmente aparecen. El escorpión (sustituido por el cangrejo, en otros casos) domina la parte inferior de las cartas; mientras el perro blanco y el lobo (en algunas cartas se ilustra como un perro negro) se muestran aullando como guardianes colocados en los dos bordes del sombrío camino que se ofrece ineludible ante el adepto quien debe vencer, en todo caso, sus miedos para decidir cumplir esta difícil jornada. Asimismo, se puede observar que este arcano en sus distintos formatos milenarios no presenta figura humana alguna.
Palabra(s) síntesis: (Amarga) Resistencia
Arquetipos: La Luna
Otras Ideas Asociadas: Purificación. Pruebas. Pagos kármicos. Despojo de artificios, apegos y otras condiciones adquiridas. Humillación.
Significado esotérico: El proceso doloroso que conlleva a la toma de nuevas vestiduras o, en su defecto, a la vuelta atrás en el camino. Es preciso recordar que por ley a toda exaltación le precede una humillación, de manera que la Luna debido a su ubicación, como antesala del Sol (arcano décimo noveno), tiene como característica funda-mental condicionar el proceso iniciático de dolor, traición y humillación que le corresponde sufrir al adepto, en el ascendiente sendero del aprendizaje, antes de merecer un glorioso amanecer.
Lectura o predicción: Peligros y/o enemigos totalmente ocultos, engaños, fraudes, falsos amigos, pronunciadas dudas, decepción, promesas incumplidas, trampas, ideas y apreciaciones sin fundamento, distorsiones de realidades, proyectos basados en premisas falsas, irrealidades. Pensamiento confuso y poco confiable, seguridades fraudulentas, celadas en puerta, adversidades, cambios desfavorables, conspiraciones ocultas basadas en la adulación y la astucia, desierto espiritual, situaciones inciertas obstáculos inesperados.
De tomar en consideración: Dantescos peligros asechan al iniciado quien es sometido a amargas pruebas de agua y fuego; teniendo por tanto una gran oportunidad de acceder al gran Sol, pero sino la aprovecha puede significar un notable retroceso. Debe interpretarse con mucho cuidado y profundo análisis las consultas del tarot donde esté presente esta carta ya que siempre presenta claroscuros que son precisos despejar con la mayor claridad y consistencia posible.
Axioma trascendente: "Sea tu caridad granero inagotable, y tu paciencia no menos inagotable que tu caridad " (Iglesias Janeiro p. 319)
Letra Hebrea correspondiente: Letra TzadeDiosa Egipcia: Serket (Selket, Selquet, Serquet), diosa escorpión, patrona de los magos y carcelera de la serpiente Apophis o Apep.

No hay comentarios.: